
Por los rumbos de Polanco abundan las tortas… no no me refiero a las de las oficinistas en pantaloncillos zara que se pavonean a la hora de la comida y se les nota la tanguiux, el calzón cachetero o de plano el del enmascardo de plata.
hablo a las que se hace con una telera o bolillo y que tiene mil y un posibilidades de relleno, pasando por el tamal hasta el foie con trufas.
Pa ser más concretos en la calle de Homero –obvio- encontramos este local, que cuenta con los atributos necesarios de una tortería en donde sabemos que vamos a encontrar los elementos necesarios para una torta chingona: Chilitos jalapeños, salsa verde, de chipotle y refrescos varios; como complemento también venden caldito de pollo y unas quecas de pocamadre.
La clientela es muy variable, a veces está hasta el pito, a veces te puedes sentar cómodamente en un banquito pintado de azul y estratégicamente junto a los servilleteros de madera que Don Chente.
Aquí puedes pedir un chingo de tortas, pero la que rifa es la de pierna, pídela con queso y verás auténticas rebanadas de pierna al horno, calentadas y sofritas en el momento que deja las lascas de pierna doraditas y con una muy buena consistencia, el jitomate y aguacate suficiente, su untada de frijoles, el chipocle suficiente para dejar con ganas de más.
Y para ese hueco que quedó, pide una orden de quecas preparadas, que son fritas, rellenas de papa y complementadas con más pierna grasosita, aguacate, jitomate y salsa verde. Tsss la onda.
El maridaje sugerido es de una coca en envase de cristal o un Mundet rojo, también la he probado con Padre Kino y tepache, pero nah no rifa.
Digamos que si buscas un lugar para comer tortas de pierna, ricas, grasosas en medio de oficinistas, creativos mugrosos y ser maltratado por Don Chente en aras de recibir una torta que haría palidecer a tu cardiólogo, este es el lugar.
Consejo del Guerrero: Si te sientes light pide el caldo de pollo con arroz, esa es comida pa amricas pero igual y le queda chingón.