lunes, 20 de octubre de 2008

El mero Mero del Colesterol, Tortas Homero.


Por los rumbos de Polanco abundan las tortas… no no me refiero a las de las oficinistas en pantaloncillos zara que se pavonean a la hora de la comida y se les nota la tanguiux, el calzón cachetero o de plano el del enmascardo de plata.
hablo a las que se hace con una telera o bolillo y que tiene mil y un posibilidades de relleno, pasando por el tamal hasta el foie con trufas.

Pa ser más concretos en la calle de Homero –obvio- encontramos este local, que cuenta con los atributos necesarios de una tortería en donde sabemos que vamos a encontrar los elementos necesarios para una torta chingona: Chilitos jalapeños, salsa verde, de chipotle y refrescos varios; como complemento también venden caldito de pollo y unas quecas de pocamadre.

La clientela es muy variable, a veces está hasta el pito, a veces te puedes sentar cómodamente en un banquito pintado de azul y estratégicamente junto a los servilleteros de madera que Don Chente.
Aquí puedes pedir un chingo de tortas, pero la que rifa es la de pierna, pídela con queso y verás auténticas rebanadas de pierna al horno, calentadas y sofritas en el momento que deja las lascas de pierna doraditas y con una muy buena consistencia, el jitomate y aguacate suficiente, su untada de frijoles, el chipocle suficiente para dejar con ganas de más.
Y para ese hueco que quedó, pide una orden de quecas preparadas, que son fritas, rellenas de papa y complementadas con más pierna grasosita, aguacate, jitomate y salsa verde. Tsss la onda.

El maridaje sugerido es de una coca en envase de cristal o un Mundet rojo, también la he probado con Padre Kino y tepache, pero nah no rifa.

Digamos que si buscas un lugar para comer tortas de pierna, ricas, grasosas en medio de oficinistas, creativos mugrosos y ser maltratado por Don Chente en aras de recibir una torta que haría palidecer a tu cardiólogo, este es el lugar.

Consejo del Guerrero: Si te sientes light pide el caldo de pollo con arroz, esa es comida pa amricas pero igual y le queda chingón.

lunes, 13 de octubre de 2008

New kid in town


La verdad universal dicta que no se puede comer sabroso y limpio, por eso he emprendido una cruzada para poner a prueba la comida callejera a cualquier hora, de cualquier lugar y encontrar los pequeños manjares que brinden hartas dosis de colesterol, maridajes extremos, desayunos de campeones, grasas saturadas y un sabor incomparable, todo un banquete por menos de 100 pesos con chescos, agua, tepache, turbo y lo que se acumule esta semana.

En cada una de estas incursiones me rifaré el físico, estoy preparado para contraer las más diversas enfermedades intestinales, desde solitaria hasta el mal del marinero, todo en aras de recomendarles sólo lo mejor.

Aquí solo hay una regla, no hay reglas. Esta es una lucha sin cuartel a favor del paladar.

Ármense de confianza, preparen una coca y un alka seltzer porque espero que tengan buen provecho.